DECÁLOGO DEL ARTE-ESTADO. LLAMÉMOSLE “CARLOS AMORALES”

  1. El país padece violencia mayormente generado por el Estado, por sus cárteles, policías, Ejército, paramilitares, bandas delictivas asociadas directamente al gobierno.
  1. El artista Carlos Amorales es enviado a la Bienal de Venecia con dinero público.
  1. Carlos Amorales hace una pieza sobre la “violencia” en MX, ¿de qué se trata según sus propias explicaciones? De que la violencia la causan los mismos pobladores con sus linchamientos salvajes.
  1. En entrevista tras entrevista reitera que el problema es el hueco que deja el Estado, según su análisis estético, el problema es que la gente vive sin leyes.
  1. El mensaje que se construye (pero que nadie debe decir en voz alta o será negado es): “sí, es cierto, en México la violencia es por la población salvaje”. “Ah, y porque se dejan llevar por rumores”.
  1. Ante esta compleja estrategia, y la “supuesta” representación de la violencia, y la supuesta reflexión que tomó elaborarla, el objetivo sistémico y político de la pieza es alcanzado: nadie ya recuerda que el problema de la violencia masiva en México es generado por el gobierno.
  1. El Estado sigue multi-financiando la carrera de Carlos Amorales.
  1. El medio cultural no logra articular una crítica porque teme represalias de funcionarios, de galerías o artistas con poder como Carlos Amorales y porque, en realidad, es un medio desprovisto de capacidades analíticas para poder ver su propia función dentro del sistema de alta cultura del gobierno.
  1. Muchísimos artistas quieren ser otro Carlos Amorales.
  1. A la mayoría, la “alta cultura” no le interesa. La crisis económica, la desigualdad y la violencia social ocupan su vida, y prefiere expresiones culturales que le distraigan o, al menos, que no sean tan ajenas como el arte contemporáneo del gran Carlos Amorales.